¿De qué trata la masonería realmente?
Cuando la fama antecede a un mediocre Masón
Esta extraña historia comienza cuando un muy afamado Masón de muy altos grados proveniente de un lejano Oriente Masónico llega de improviso a visitar una Gran Logia.
Era la primera vez que estaba en esa Gran Logia, por su gran fama una multitud de masones incluso de otras Grandes Logias se habían reunido en un auditorio de aquella logia para escucharlo. Ellos pensaban que el afamado masón era muy, muy sabio , pero que en verdad no sabía absolutamente nada de nada de masonería, y porque él sabía que nada sabía, se propuso improvisar algo y así intentar salir del gran aprieto en el que se encontraba.
Entró al auditorio de esa Gran Logia aparentemente muy seguro de sí mismo y se paró frente a la gran cantidad de masones. Alzó sus Brazos, y alzando su voz preguntó:
-Supongo que si ustedes mis hermanos masones están aquí, ya sabrán que es realmente la Masonería, y no lo que por años se supone han pensado qué es.
El Afamado masón mientras decía esto les lanzó una mirada que intimidó a todos.
Los masones mirándose los uno a los otros contestaron:
-No... ¿Qué es lo que tienes para decirnos al respecto? No lo sabemos realmente ¡Háblanos! ¡Queremos escucharte! ¡Explíquenos!
El Afamado pero ignorante Masón contestó:
-Si ustedes mis Hermanos masones están aquí sin saber qué es realmente la Masonería, entonces no están preparados para escuchar mis certeros puntos de vista.
Dicho esto, aparentemente furioso se levantó y se retiró.
Los masones se quedaron muy sorprendidos. Todos habían venido esa noche, muchos de lejos para escucharlo y el afamado masón se iba simplemente diciéndoles eso. Habría sido un fracaso total si no fuera porque uno de los masones presentes -nunca falta uno- mientras que el Afamado Masón se alejaba, dijo en voz alta:
-¡Qué inteligente mi Afamado y sabio Masón!
Y como siempre sucede en estas cosas de Masonería, cuando uno no entiende nada y otro dice "¡qué inteligente mi hermano!", para no sentirse un tonto entre los masones uno más repite: "¡si, claro, qué inteligente mi hermano masón!". Y entonces, todos empezaron a repetir:
-Qué inteligente este afamado Masón.
-Qué inteligente por eso este masón tiene el Grado 34° de la Masonería.
Hasta que como siempre en Logia un hermano masón añadió:
-Si, qué inteligente, pero... qué breve.
Y otro hermano masón agregó:
-Tiene la brevedad y la síntesis de los grandes sabios masones de todos los tiempos. Porque vaya y tiene razón. ¿Cómo nosotros vamos a venir aquí esta noche sin siquiera saber qué es realmente la Masonería y no lo que nos cuentan? Qué masones tan estúpidos que hemos sido. Hemos perdido una oportunidad maravillosa, sin duda, nos faltó instrucción masónica. Qué iluminación de este masón que supera el Grado 33° qué sabiduría. Vamos a pedirle a este afamado masón Grado 34° que dé una segunda conferencia masónica.
Entonces fueron a ver al afamado masón al hotel donde estaba lujosamente hospedado, gracias a las aportaciones de la Logia que visitaba. El pueblo masónico había quedado tan asombrado con lo que había pasado en la primera reunión, que algunos habían empezado a decir que el conocimiento de Él era demasiado para reunirlo en una sola conferencia masónica.
El Afamado Masón Grado 34° del Rito Escocés antiguo y aceptado dijo:
-No, es justo mis Hermanos al revés, están equivocados. Mi conocimiento masónico apenas alcanza para una conferencia. Jamás podría dar dos.
A lo que El pueblo masónico dijo:
-¡Qué humilde nuestro hermano masón grado 34°!
Y cuanto más le insistían, el Afamado Masón argumentaba no tenía nada para decir, con mayor razón los masones insistían en que querían escucharlo una vez más. Finalmente, después de mucho, El Afamado masón accedió a dar una segunda conferencia, pero si le pagaban una semana más en ese lujoso Hotel, y que debían estudiar toda la semana sobre el tema de que es Verdaderamente la masonería y no lo que les han contado por ahi.
A la Semana siguiente, el supuesto iluminado masón regresó a dar la siguiente conferencia, donde había más masones ahí incluso de otros países, pues todos sabían del gran éxito de la conferencia anterior, y de la gran expectación, pues todos querían saber qué era realmente la Masonería y no lo que les habían contado por ahí. El Afamado masón Grado 34° se paró frente a sus hermanos masones e insistió con su técnica:
-Supongo que ustedes ya sabrán que es verdaderamente la masonería y no lo que les han contado por ahí, pues, yo los invite a que estudiaran a fondo el tema durante esta semana.
Se había alquilado el Auditorio más grande de aquella ciudad, y El pueblo masónico ahí agolpado en el auditorio estaba avisado para cuidarse de no ofender al maestro masón con la infantil respuesta de la anterior conferencia; así que todos dijeron:
-Si, claro, por supuesto ya lo sabemos. Por eso hemos venido.
El Afamado masón alzo los brazos y con voz intimidante añadió:
-Bueno, si todos ahora ya saben qué es realmente la Masonería y no las cosas que les han contado, yo no veo la necesidad de explicárselos a ustedes.
Se levantó y se volvió a ir.
Los hermanos masones se quedaron estupefactos; porque aunque ahora habían dicho otra cosa diferente, el resultado había sido exactamente el mismo. Hasta que otro masón, gritó:
-¡Qué Brillante mi sublimado masón grado 34°!
Y cuando todos oyeron que un masón había dicho “-¡Qué Brillante mi sublimado masón grado 34°!” el resto de los masones comenzaron a decir:
-¡Si, claro, este es el complemento de la sabiduría de la conferencia anterior !
-Qué asombroso
-Qué espectacular
-Qué sensacional, qué bárbaro, qué maravilloso
Hasta que alguien dijo:
-Si, pero... mucha brevedad.
-Es cierto- se quejó otro
-Que Capacidad de síntesis- justificó un tercero.
Y en seguida se oyó:
-Queremos más, queremos escucharlo más. ¡Queremos que este Masón grado 34° nos de más de su sabiduría Masónica! Él simplemente con sus altos conocimientos, nos instó a indagar por nosotros mismos “Qué es realmente la masonería y no lo que nos cuentan por ahí” si dijo otro masón en una semana avanzamos más que en toda nuestra carrera masónica.
Entonces, una delegación de los notables masones fue a ver al Masón auto nombrado grado 34° para pedirle que diera una tercera y definitiva conferencia. Él Afamado pero ignorante masón dijo que no, que de ninguna manera; que él no tenía conocimientos para dar tres conferencias masónicas y que, además, ya tenía que regresar a su ciudad de origen.
El pueblo masónico le imploró, le suplicó, le pidió una y otra vez; por los ancestros masones, por su dignidad de Masón, por todos los próceres masones libertadores, por lo que fuera. Aquella persistencia lo persuadió y, finalmente, El Afamado Masón según súper iluminado aceptó temblando dar la tercera y definitiva conferencia masónica.
Entre todo el pueblo masónico le enviaron a un Hotel aun más lujoso, le rentaron una limosina y le traían vinos y una exótica comida.
Durante estos 15 días, muchos se abocaron a hacer intensivos talleres masónicos de instrucción, para poder estar a tono con el gran conferenciante masónico grado 34° de la Masonería.
Justo a los 15 días y por tercera vez se paró frente al público, que ya eran multitudes, estaba ya gente de la prensa, la radio y la televisión; como también gente de la Política y les dijo:
-Supongo que ustedes todos ya sabrán de qué trata verdaderamente la masonería y no lo que les han contado por ahí.
Esta vez, los masones y la gente profana se había puesto de acuerdo: sólo el masón y presidente del partido político contestaría. El masón en primera fila dijo:
-Algunos si y otros no.
En ese momento, un largo silencio estremeció al enorme auditorio. Todos masones y no masones , incluso las cámaras de Televisión, enfocaban al masón conferencista grado 34°.
Entonces el tan iluminado maestro masón de altos grados arriba del 33° respondió:
-En ese caso, muy bien, los que saben... cuéntenles a los que no saben. ¡Ah pero cuidado que no oigan los Profanos que invitaron porque evidentemente llueve!
Se levantó y se fue.
A esto los medios de comunicación, con sus cámaras y micrófonos le seguían, tratándole de arrancar unas cuantas palabras, a esto los masones, admirados decían que Gran masón, que discreción, al ver a profanos entre nosotros, exclamó ¡ Llueve ! por ello no quiso revelarnos el Secreto Masónico de qué es realmente la Masonería y no lo que les han contado por ahí.
Otro más decía sí que enorme conocimiento masónico el de este Afamado Mason; lo mejor es que los masones que saben de qué trata realmente la masonería , nos expliquen a los masones que no sabemos.
Y así, hasta este momento al Hermano Masón Grado 34° le están insistiendo a que de su cuarta conferencia masónica , pero esto aun no se da, y nos preguntamos todos, con qué otra triquiñuela saldrá esta vez. – Alcoseri. https://groups.google.com/forum/…