En la creación del Antakarana, como canal de comunicación entre la mente concreta y la mente causal o abstracta; el cerebro físico denso, simplemente es el receptor pasivo de lo que recibe y trasmite el Ego. Para que más tarde sea el cerebro, el foco de manifestación del triple Espíritu o la Tríada Espiritual (Espíritu Divino, de Vida y Humano). Por lo que el trabajo a realizar consiste, en actuar desde la periferia hacia el centro. Cuando se ha alcanzado tal centralización y se logra la estabilización del plexo solar y del corazón, uno de los tres puntos principales de la cabeza; preferiblemente el cuerpo pituitario (El asiento del Espíritu de Vida), se convierte en el centro de la conciencia. Para que el rayo del Ego, use dicho centro. Habiendo llegado a este punto, el humano sigue la concentración de su rayo, para que en cada caso el cuerpo mental concreto se convierte en centro de conciencia; y más tarde, con la práctica, dicho centro llega a ser el punto de partida que se constituya en un vehículo más elevado: Primero en el vehículo causal o del Espíritu Humano; y más tarde, en la Tríada Espiritual. El Antakarana en sí es un vacío, como un tubo vacío; mediante el cual la personalidad o el Alma en encarnación y envestida en sus tres cuerpos, toma contacto o trata de establecer comunicación con el Alma Solar: Con el Ángel o Deva Solar, el Yo Superior o el Ego. Pero en tal contacto hay un vacío; y no puede ser de otra manera, es un tubo vacío hablando concretamente. Un tubo que estamos creando y que se amplía constantemente; hasta llegar el momento en que el tubo se convierte, en una esfera de luz. Y entonces, es cuando se produce el gran milagro, por haber alcanzado la estatura de Cristo o el Espíritu de Vida; dado a que el humano ha formado el Antakarana; que se ha ido extendiendo por el paso cada vez más frecuente de las energías Espirituales que ha convertido el Antakarana, en una esfera luminosa.
Data extraída de El Increíble Mundo De Las Formas (Vicente Beltrán Anglada). Cordiales saludos:
Jorge E. Morales H.