La lanza que mato a Cristo►Hiltler en cierta ocasión visito el museo de Hofburg , se dirigió a la sala del tesoro y pudo contemplar la Heilige Lance, la punta de la lanza que, había atravesado el costado de Jesucristo dándole muerte en la cruz. Walter Stein amigo de Hitler pudo advertir en él un impacto emocional ante ese objeto fabuloso. Hitler decía Stein estaba completamente en trance, con la cara desfigurada, sus ojos poseían un brillo demoníaco que resplandecía con un extraña luz, que parecía provenir de él mismo. Se balanceaba sobre sus piernas, presa de una inexplicable euforia; aún el espacio su alrededor parecía impregnado de una irradiación. Toda su fisonomía parecía transformada, parecía que un poder lo hubiese poseído en ese instante, creando en él y en su rededor un transformación maligna. Stein en ese momento sintió pánico ¿cómo era posible decía que una reliquia alucinara así a Hitler? Según una leyenda, la lanza poseía poderes maléficos, un simple objeto había modificado los planes del reino de espíritu puro, antes de que la sangre tocara la copa donde José de Arimatea recogiese la Divina sangre, la punta de la lanza estaba llena de sangre de Cristo. Desde ese momento precisaba Stein, Hiltler no era el mismo, luego de contemplar esa lanza. Aquel vagabundo llamado Adolfo Hitler, se había convertido, en un instante, en un instante, en el instrumento del Genio maldito de Lucifer►Tras la herida en con la lanza, el centurión romano traspasa el corazón aún palpitante de Cristo, un hecho extraño es que el Centurión con la sangre de cristo recobre la vista y declare verdaderamente este es el hijo de Dios. la lanza representaría entonces la intuición y la clarividencia – la curación – el poder de la lanza es mundano y material – un objeto capaz de oponerse a los planes voluntad divina- aún así y a pesar de los intentos del mundo material – lo divino triunfa y Cristo resucita de entre los muertos –Hitler tiene el poder de cambiar al mundo, con ese talismán, pero no triunfa ante la razón ►Es un hecho que nadie comprende totalmente de lo que Cristo pasó en sus últimos días. No hay una explicación que nos dé referencia clara; primero porque los mismos evangelios han pasado por muchas malas interpretaciones por los religiosos y los teólogos eruditos; luego porque habían sido escritos para personas con un nivel de comprensión superior al nuestro “para los que saben”. Para los que no saben, los evangelios no pueden expresar absolutamente nada. Mientras más se esfuerzan por entender lo que sucedió realmente con Cristo en esos eventos tanto mas se confunden, para comprender que los evangelios provienen de una enseñanza superior, y de hombres con un nivel de conciencia superior a la nuestra, para ello tendríamos nosotros primeramente elevarnos a esos sublimes estados. Bien podemos reconocer rastros de ese conocimiento en muchas tradiciones iniciáticas, por ejemplo los ritos donde la sangre juega un papel importante, la Masonería ha abolido esta practica y la Iglesia Cristiana lo ha sustituido por vino, pero la sangre juega un papel importante dentro de la iniciación. Esta tradición es en sí misma una ceremonia mágica para establecer un vinculo entre cuerpos sutiles, la sangre tiene cualidades especiales; hay quienes aseguran que en ella reside el mismo espíritu. Según creencias muy arraigadas, si se establece un lazo de sangre ni la muerte puede quebrantarlo. Muchos sostienen que el Centurión Longinos era amigo de Cristo, y que su acto fue más de piedad que de maldad, para que el cuerpo de Cristo no permaneciera más tiempo en la Cruz.

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♣♥SEÑOR♥♣

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Nov 26, 2008, 8:32:01 PM11/26/08
to SECRETO MASONICO
La lanza que mato a Cristo

De: TRãNSMÙTADöR (Mensaje original) Enviado: 22/12/2005 12:12 a.m.
Hiltler en cierta ocasión visito el museo de Hofburg , se dirigió a la
sala del tesoro y pudo contemplar la Heilige Lance, la punta de la
lanza que, había atravesado el costado de Jesucristo dándole muerte en
la cruz. Walter Stein amigo de Hitler pudo advertir en él un impacto
emocional ante ese objeto fabuloso. Hitler decía Stein estaba
completamente en trance, con la cara desfigurada, sus ojos poseían un
brillo demoníaco que resplandecía con un extraña luz, que parecía
provenir de él mismo. Se balanceaba sobre sus piernas, presa de una
inexplicable euforia; aún el espacio su alrededor parecía impregnado
de una irradiación. Toda su fisonomía parecía transformada, parecía
que un poder lo hubiese poseído en ese instante, creando en él y en su
rededor un transformación maligna. Stein en ese momento sintió pánico
¿cómo era posible decía que una reliquia alucinara así a Hitler?
Según una leyenda, la lanza poseía poderes maléficos, un simple objeto
había modificado los planes del reino de espíritu puro, antes de que
la sangre tocara la copa donde José de Arimatea recogiese la Divina
sangre, la punta de la lanza estaba llena de sangre de Cristo. Desde
ese momento precisaba Stein, Hiltler no era el mismo, luego de
contemplar esa lanza. Aquel vagabundo llamado Adolfo Hitler, se había
convertido, en un instante, en un instante, en el instrumento del
Genio maldito de Lucifer



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De: YHWH66 Enviado: 23/12/2005 03:10 p.m.
Excelente vuestro comentario ¿Sabeis después de que fué iniciado en
la masonería, que otro grupo secreto lo llamó ?

Saludos TRANSMUTADOR


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> Hiltler en cierta ocasión visito el museo de Hofburg , se
>dirigió a la sala del tesoro y pudo contemplar la Heilige Lance, la punta
>de la lanza que, había atravesado el costado de Jesucristo dándole muerte
>en la cruz. Walter Stein amigo de Hitler pudo advertir en él un impacto
>emocional ante ese objeto fabuloso. Hitler decía Stein estaba
>completamente en trance, con la cara desfigurada, sus ojos poseían un
>brillo demoníaco que resplandecía con un extraña luz, que parecía provenir
>de él mismo. Se balanceaba sobre sus piernas, presa de una inexplicable
>euforia; aún el espacio su alrededor parecía impregnado de una
>irradiación. Toda su fisonomía parecía transformada, parecía que un poder
>lo hubiese poseído en ese instante, creando en él y en su rededor un
>transformación maligna. Stein en ese momento sintió pánico ¿cómo era
>posible decía que una reliquia alucinara así a Hitler? Según una leyenda,
>la lanza poseía poderes maléficos, un simple objeto había modificado los
>planes del reino de espíritu puro, antes de que la sangre tocara la copa
>donde José de Arimatea recogiese la Divina sangre, la punta de la lanza
>estaba llena de sangre de Cristo. Desde ese momento precisaba Stein,
>Hiltler no era el mismo, luego de contemplar esa lanza. Aquel vagabundo
>llamado Adolfo Hitler, se había convertido, en un instante, en un instante,
>en el instrumento del Genio maldito de Lucifer
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Recomendar Mensaje 3 de 12 en la discusión

De: Nietzscheagain Enviado: 23/12/2005 04:24 p.m.
La llamada Santa Lanza no fue la que mato a Jesus, sino que sirvio
(segun las escrituras) para comprobar la muerte del Cristo por parte
del Centurion Longinos. De la herida emano sangre y agua.

Saludos Farternales

Sigfredo Fuentes
M:.M:.


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De: aleust Enviado: 24/12/2005 06:14 a.m.
Uh de esa lanza de Longinus leí hace mucho que era como una Excalibur,
que la poseyeron grandes reyes como Carlomagno pero como el Anillo del
Nibelungo siempre terminaban malditos los poderosos que la poseian.


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Recomendar Mensaje 5 de 12 en la discusión

De: aleust Enviado: 24/12/2005 06:58 a.m.
Por otro lado, no sería nada raro que con la lanza de Longino
sucediera lo mismo que con otras reliquias cristianas, por ejemplo con
las astillas de la cruz de Cristo, que había tantas astillas que la
cruz debiera haber pesado varias toneladas.
Creo que lo interesante es analizar la simbología de estas leyendas y
en este caso de la lanza de Longino está relacinada con la sangre.
Pero ahora estamos en el tema del Nacimiento el solsticio!!!
Felices fiestas para todos!!!!!!!!!!!!


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De: SATANDEVIL10 Enviado: 24/12/2005 03:28 p.m.

OYE BROTHER, POR QUE SIMEPRE ESTAMOS ESPECULANDO ACERAC DE TODO LO QUE
SE LLAMA HISTORIA






atentamente

felipe antonio


--------------------------------------------------------------------------------
From: "SECRETO MASONICO" <secreto...@groups.msn.com>
Reply-To: "SECRETO MASONICO" <secreto...@groups.msn.com>
To: "SECRETO MASONICO" <secreto...@groups.msn.com>
Subject: Re: La lanza que mato a Cristo
Date: Sat, 24 Dec 2005 04:58:17 -0800

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La lanza que mato a Cristo

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Recomendar Mensaje 5 en discusión

De: Thorbjor


Por otro lado, no sería nada raro que con la lanza de Longino
sucediera lo mismo que con otras reliquias cristianas, por ejemplo con
las astillas de la cruz de Cristo, que había tantas astillas que la
cruz debiera haber pesado varias toneladas.
Creo que lo interesante es analizar la simbología de estas leyendas y
en este caso de la lanza de Longino está relacinada con la sangre.
Pero ahora estamos en el tema del Nacimiento el solsticio!!!
Felices fiestas para todos!!!!!!!!!!!!


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De: Ladino7941 Enviado: 24/12/2005 09:09 p.m.
La lanza sagrada que atravesó el costado de Cristo en su crucifixión
llegó a las manos de los guerreros teutónicos, quienes la convirtieron
en su talismán. En el siglo XX, Hitler, que conocía su significado
místico, se apoderó de ella.

Un soldado romano se asegura de que Cristo ha muerto clavándole una
lanza.
En 1913, por las calles de Viena, un miserable ex estudiante de arte
intentaba en vano ganarse la vida vendiendo pequeñas acuarelas.
Ocasionalmente, cuando el frío le impedía salir a la calle, vagaba por
los corredores del museo del palacio Hofburg. Se sentía especialmente
fascinado por un conjunto de piezas valiosas, conocidas como «las
insignias de los Habsburgo». Entre ellas el joven vagabundo Adolf
Hitler prestaba especial atención a la Santa Lanza, que la leyenda
identifica con la que atravesó el costado de Cristo después que éste
expirara en la Cruz.

La leyenda de la Santa Lanza se origina en el Evangelio según San
Juan, 19: 33-37:

... pero llegando a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le rompieron
las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó con su lanza el
costado y al instante salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio
y su testimonio es verdadero; él sabe que dice verdad para que
vosotros creáis; porque esto sucedió para que se cumpliese la
Escritura: «No romperéis ni uno de sus huesos». Y otra Escritura dice
también: «Mirarán al que traspasaron». El versículo siguiente cuenta
cómo José de Arimatea obtuvo permiso para llevarse el cuerpo de Jesús
y, ayudado por Nicodemo, lo colocó en una tumba en la noche de viernes
santo.

Otras tradiciones orales y escritas, que comenzaron con los primeros
cristianos y continuaron en la Edad Media, aseguran que el rico judío
José de Arimatea se preocupó de preservar la cruz, los clavos, la
corona de espinas y el sudario del que Cristo se levantó al tercer
día. Por medio de las claves que dejó José, Helena, la madre del
primer emperador cristiano, Constantino, pudo redescubrir estas
reliquias.

Pero, según las mismas tradiciones, José había empezado su colección
antes de la muerte de Cristo: después de la última cena, guardó la
copa en la que Jesús había consagrado el pan y el vino. Después de la
Resurrección, José conservó la copa junto con la lanza citada en el
Evangelio: fueron llamados, respectivamente, el Santo Grial y la Santa
Lanza.

Los viajes posteriores de José con el Grial y la Lanza fueron tema de
relatos folklóricos y leyendas en casi todos los países de Europa. En
España, en la catedral de Valencia se conserva uno de los «Santos
Griales» mejor documentados: se dice que los primeros papas lo habían
utilizado en Roma (adonde lo habría llevado San Pedro) hasta el año
258, en que fue enviado por San Lorenzo a Huesca, para rescatarlo de
la persecución imperial. Posteriormente estuvo en San Juan de la Peña
y en Zaragoza. Pero ésta es sólo una de las muchas historias en torno
al Grial.

Los escritores medievales, comenzando por el poeta francés Chrétien de
Troyes alrededor de 1180, vincularon el destino del Santo Grial y de
la Santa Lanza con la aventura del Rey Arturo y los Caballeros de la
Tabla Redonda, sobre todo con Lanzarote, Gawain y Perceval.

Paralelamente a estas historias -basadas en tradiciones celtas y en
fragmentos de hechos históricos- subsistía la historia de que la
Lanza, por lo menos, había sobrevivido a los siglos, pasando a veces a
buenas manos, a veces a otras menos dignas. Quien la poseía adquiría
un poder que podía ser usado para el bien o para el mal.

A principios de este siglo existían por lo menos cuatro «Santas
Lanzas» en Europa. Quizá la más conocida fuera la que se conservaba en
el Vaticano, aunque la Iglesia Católica parecía considerarla sólo una
curiosidad. Ciertamente, las autoridades papales nunca le atribuyeron
poderes sobrenaturales.

Una segunda lanza estaba en París, adonde había sido llevada por San
Luis en el siglo XIII, cuando volvió de la cruzada a Palestina.

Otra, conservada en Cracovia (Polonia), era sólo una copia de la lanza
de los Habsburgo. Ésta es, posiblemente, la que posee una genealogía
mejor. Fue descubierta en Antioquía, en 1098, durante la primera
cruzada, pero el misterio -y posiblemente la imaginación oscurecieron
las circunstancias del hallazgo. Los cruzados habían sitiado con éxito
la ciudad y la habían ocupado, cuando una banda de sarracenos
fuertemente armada llegó e invirtió la situación, encerrando a los
cruzados dentro de las murallas de la ciudad. Tres semanas después la
comida y el agua escaseaban, y la rendición parecía el único camino.
Entonces, un sacerdote dijo haber tenido una visión milagrosa de la
Santa Lanza, enterrada en la iglesia de San Pedro. Cuando las
excavaciones en ese sitio revelaron la presencia de una lanza de
hierro, los cruzados se sintieron llenos de un renovado ardor y
rompieron el cerco, derrotando a sus enemigos.

La hoja de la lanza de los Habsburgo, la que según parece atravesó el
costado de Cristo crucificado. Al tratarse de una reliquia sagrada, la
hoja de hierro fue reparada varias veces con plata y oro durante su
larga historia. Ahora la mantienen unida un alambre y una funda con
inscripciones.

Las tradiciones germánicas, que no coinciden demasiado con esas
fechas, afirman que la lanza de los Habsburgo fue llevada como
talismán por Carlomagno, en el siglo IX, durante 47 campañas
victoriosas. También le había conferido poderes de clarividencia.
Carlomagno murió cuando la dejó caer accidentalmente.

La lanza pasó a manos de Heinrich el Cazador, quien fundó la casa real
de Sajonia y empujó a los polacos hacia el este... una prefiguración
de su propio destino, pudo haber pensado luego Hitler. Después de
pasar por las manos de cinco monarcas sajones, llegó a manos de los
Hohenstauffen de Suabia, que les sucedieron. Un destacado miembro de
esta dinastía fue Federico Barbarroja, nacido en 1123. Antes de morir,
67 años más tarde, Barbarroja conquistó Italia y obligó al Papa a
exiliarse; de nuevo, Hitler bien pudo haber admirado la dureza brutal
de aquel personaje, combinada con una personalidad carismática que fue
la clave de su éxito. Pero, al igual que Carlomagno, Barbarroja
cometió el error de dejar caer la lanza mientras vadeaba un arroyo en
Sicilia. Murió pocos minutos después.

La Fascinación De La Lanza

La escena final de Parsifal, la última ópera de Wagner. A Hitler le
fascinaba la leyenda en que se basa la ópera.

Ésta era la leyenda del arma que tanto fascinaba al joven Hitler.
Durante su primera visita a la lanza la estudió con todo detalle.
Medía 30 cm de longitud, y terminaba en una punta delgada, en forma de
hoja; en algún momento, el filo había sido ahuecado para admitir un
clavo -al parecer, uno de los usados en la crucifixión-. El clavo
estaba sujeto con un hilo de oro. La lanza se había partido y las dos
partes estaban unidas por una vaina de plata; dos cruces de oro habían
sido incrustadas en la base, cerca del puño.

Estos detalles que describen la fascinación de Hitler ante la lanza de
los Habsburgo provienen del testimonio del doctor Walter Johannes
Stein, matemático, economista y ocultista que afirmaba haber conocido
al futuro Führer justo antes de la guerra del 14. Stein, que había
nacido en Viena en 1891, era hijo de un rico abogado. Sería un erudito
y un aventurero intelectual hasta su muerte, en 1957. Se licenció en
ciencias y se doctoró en investigaciones psicofísicas por la
Universidad de Viena. Luego se convirtió en experto en arqueología,
arte bizantino primitivo e historia medieval; durante la primera
guerra mundial, como oficial del ejército austríaco, fue condecorado
por su valor.

En 1928 publicó un excéntrico panfleto, Historia del mundo a la luz
del Santo Grial, que circuló por Alemania, Holanda y Gran Bretaña.
Cinco años después, el Reichsführer Heinrich Himmler ordenó que se
obligara a Stein a trabajar en el «Buró ocultista» de los nazis, pero
Stein huyó a Gran Bretaña. La segunda guerra mundial le sorprendió
trabajando como agente del espionaje británico. Después de colaborar
en la obtención de los planes de la «Operación Sealion» -la invasión
de Inglaterra que proyectaba Hitler- fue consejero de Churchill, como
asesor sobre las creencias ocultistas del líder alemán.

Stein nunca publicó sus memorias, pero antes de morir se hizo amigo de
un ex oficial de comandos de Sandhurst, ahora periodista, Trevor
Ravenscroft. Usando las notas y las conversaciones de Stein,
Ravenscroft publicó en 1972 el libro Spear of Destiny (La lanza del
destino) que por primera vez llamó la atención del público sobre la
fascinación que sentía Hitler por la lanza de los Habsburgo.

¿Qué atractivo podía ofrecer la Santa Lanza, un símbolo cristiano,
para el ex católico y violentamente anticristiano Adolf Hitler? Ya se
había entregado a violentos desvaríos antisemitas, era un devoto
discípulo del Anticristo de Nietzsche y sostenía su condena del
cristianismo como «la última consecuencia del judaísmo».

Parte de la respuesta se encuentra en una tradición ocultista medieval
vinculada con la historia de la Santa Lanza. Como cuenta el evangelio
de San Juan, el soldado romano que hirió el cuerpo de Cristo cumplió,
sin saberlo, las profecías del Antiguo Testamento (los huesos de
Cristo no serían rotos). Si no hubiese hecho lo que hizo, el destino
de la humanidad habría sido diferente. Según San Mateo y San Marcos,
la verdadera naturaleza de Cristo fue revelada en ese momento al
soldado, que se llamaba Cayo Casio Longinos: «Viendo el centurión que
estaba frente a Él de qué manera expiraba, dijo: Verdaderamente este
hombre era hijo de Dios». (San Marcos, 15:39)

Para la mentalidad ocultista, un instrumento usado para un propósito
tan importante se transforma en un foco de poder mágico. Y, como dice
suscintamente Richard Cavendish, hablando del Grial y la Lanza en su
libro El rey Arturo y el Grial:

Una cosa no es sagrada porque es buena. Es sagrada porque contiene un
poder misterioso y terrible. Es tan poderosa para el bien o el mal
como una fuerte descarga eléctrica. Si es mal usada, por importantes y
comprensibles que sean las razones, las consecuencias pueden ser
catastróficas para personas totalmente inocentes.

La entrada triunfal de Hitler en Viena, en marzo de 1938. El Führer
ordenó trasladar a Alemania el tesoro de los Habsburgo, incluida la
Santa Lanza.

Según Stein, Hitler tenía conciencia de este concepto ya en 1912; de
hecho, fue la obsesión de Hitler por la lanza y su poder de «varita
mágica» el motivo de que los dos hombres de conocieran. En el verano
de 1912, el doctor Stein compró una edición de Parsival, romance sobre
el Grial del poeta alemán del siglo XIII Wolfram von Eschenbach, a un
librero ocultista de Viena. Estaba llena de comentarios manuscritos en
los márgenes, que mostraban una combinación de sabiduría ocultista y
racismo patológico. En las guardas, su anterior propietario había
anotado su nombre: Adolf Hitler.

A través del librero, Stein encontró a Hitler y pasó muchas horas con
él, horrorizado pero fascinado. Aunque pasarían años antes de que el
mísero pintor de cromos diera los primeros pasos por el camino del
poder, poseía ya un carisma maligno. A través de su tortuoso discurso,
una obsesión destacaba claramente: tenía un destino místico que
cumplir y, según Stein, la lanza era la clave.

Hitler describió a Stein cómo había adquirido la lanza su especial
significado para él:

Lentamente me apercibí de una presencia poderosa que la rodeaba, la
misma impresionante presencia que había experimentado interiormente en
esas ocasiones únicas de mi vida en que había sentido que un gran
destino me aguardaba... una ventana en el futuro que se abría, a
través de la cual veía, en un relámpago de iluminación, un hecho
futuro, en función del cual sabía, más allá de toda contradicción, que
la sangre de mis venas se transformaría algún día en el vehículo del
espíritu de mi pueblo.

Hitler nunca reveló la naturaleza de su «visión», pero Stein creía que
se había visto a sí mismo un cuarto de siglo después en la
Heldenplatz, frente al palacio Hofburg, dirigiéndose a los nazis
austríacos y a los desconcertados ciudadanos vieneses. Allí, el 14 de
marzo de 1938, el Führer alemán anunciaría su anexión de Austria al
Reich alemán... y daría la orden de llevar los atributos de los
Habsburgo a Nüremberg, hogar espiritual del movimiento nazi.

Una Curiosa Primacía

La arena de Luitpold, en Nüremberg, escena de los más espectaculares
mítines nazis de la preguerra, presenció el desfile informal de los
soldados americanos victoriosos en abril de 1945.

La toma de posesión del tesoro constituyó un gesto de benevolencia
sorprendente, considerando que Hitler despreciaba a la casa de
Habsburgo, a la que consideraba traidora a la raza germánica. Sin
embargo, el 13 de octubre, la lanza y otros objetos fueron cargados en
un tren blindado provisto de una guardia de SS, y cruzaron la frontera
alemana. Fueron instalados en el vestíbulo de la iglesia de Santa
Catalina, donde Hitler pensaba instalar un museo de guerra nazi. Stein
creía que, cuando Hitler tuviera la lanza en su poder, sus ambiciones
latentes de conquista empezarían a crecer y florecer.

Si los conocimientos de Hitler sobre la historia de la lanza eran tan
amplios como decía Stein, tiene que haber estado al tanto de las
leyendas sobre el destino de Carlomagno, Barbarroja y todos cuantos la
habían blandido como un arma y habían perecido cuando escapó a su
control. La leyenda parece haber sido confirmada por una inquietante
coincidencia que marcó el final de su conexión con la Lanza.

Después de los intensos bombardeos aliados de octubre de 1944, durante
los cuales Nüremberg sufrió enormes daños, Hitler ordenó que la lanza,
junto con el resto del tesoro de los Habsburgo, fuera enterrada en una
bóveda construida especialmente. Seis meses después, el Séptimo
Ejército norteamericano había rodeado la antigua ciudad, defendida por
22.000 SS, 100 panzers y 22 regimientos de artillería. Durante cuatro
días, la veterana división Thunderbird martilleó a estas formidables
defensas hasta que el 20 de abril de 1945 -el día en que Hitler
cumplía 56 años- la bandera americana victoriosa fue izada sobre las
ruinas.

Durante los días siguientes, mientras las tropas norteamericanas
localizaban a los supervivientes nazis y comenzaba el largo proceso de
los interrogatorios, la Compañía C del Tercer regimiento del Gobierno
Militar, al mando del teniente William Horn, era enviada en busca del
tesoro de los Habsburgo. Por casualidad, un proyectil había facilitado
su tarea, volando una pared de ladrillo y dejando a la vista la
entrada de la bóveda. Después de algunas dificultades con las puertas
de acero de la misma, el teniente Horn entró en la cámara subterránea
y echó una ojeada a la polvorienta oscuridad. Allí, sobre un lecho de
descolorido terciopelo rojo, estaba la fabulosa lanza de Longinos. El
teniente Horn extendió la mano y tomó posesión de la lanza en nombre
del gobierno de los Estados Unidos. La fecha, 30 de abril de 1945,
está registrada en los textos de historia.

Y, por escépticos que sean los críticos -acerca de Walter Stein, el
ocultismo en general y las leyendas de la Santa Lanza en particular-
también es un hecho histórico que a unos cientos de kilómetros de
distancia, en un bunker de Berlín, Adolf Hitler eligió esa tarde para
coger una pistola y quitarse la vida.

Tomada de: http://mundoparanormal.iespana.es/m..._ocultismo.html



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De: Ladino7941 Enviado: 25/12/2005 07:24 a.m.




Una novela de Alberto Pena


SINOPSISPERSONAJESAGENCIASLUGARESHISTORIA v2.0




"Una lanza para ganar, una lanza para conquistar el mundo". Con estas
palabras Adolf Hitler inicia la Operación Longinos, el proyecto nazi
más audaz para borrar del mapa a Inglaterra y sus aliados.

Acción, claves ocultas y espionaje en plena II Guerra Mundial...
Descubre todos los detalles.




AGENCIAS
WarForce, GESTAPO, SS, AS5... Todas las agencias que aparecen en el
transcurso de la novela.
PERSONAJES
Son los protagonistas de la historia, aliados y nazis, su perfil, sus
habilidades. Conócelos...
HISTORIA
Algunos de los hechos y datos históricos sobre los que se apoyan la
historia y los personajes.






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Recomendar Mensaje 9 de 12 en la discusión

De: Lvx_orLvx Enviado: 25/12/2005 12:26 p.m.
Tras la herida en con la lanza, el centurión romano traspasa el
corazón aún palpitante de Cristo, un hecho extraño es que el Centurión
con la sangre de cristo recobre la vista y declare verdaderamente este
es el hijo de Dios. la lanza representaría entonces la intuición y la
clarividencia – la curación – el poder de la lanza es mundano y
material – un objeto capaz de oponerse a los planes voluntad divina-
aún así y a pesar de los intentos del mundo material – lo divino
triunfa y Cristo resucita de entre los muertos –Hitler tiene el poder
de cambiar al mundo, con ese talismán, pero no triunfa ante la razón


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De: Gusty Enviado: 27/12/2005 07:52 a.m.
La verdad de las cosas, habría que dedicarse un poco mas a la
investigación seria, y no dejarse guiar por leyendas que no hacen otra
cosa que confundir, todas las leyendas que se vierten o casi todas
tiene un mensaje velado, que debería ser meditado para realmente
comprender el gran significado de la lanza, o de la espada y la
copa......... Ese es el gran error de la mayoría de los humanos buscar
los poderes en objetos externos, sin darse cuenta que la verdadera
magia y el verdadero poder se encuentra esperando ser despertado en la
profundidad de nuestro propio ser.
Saludos y que tengan Felices Fiestas


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Recomendar Mensaje 11 de 12 en la discusión

De: SATANDEVIL10 Enviado: 27/12/2005 03:19 p.m.




derrotando a sus enemigos.



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From: "Ladino7941" <hm...@hotmail.com>
Reply-To: "SECRETO MASONICO" <SECRETO...@groups.msn.com>
To: "SECRETO MASONICO" <SECRETO...@groups.msn.com>
Subject: Re: La lanza que mato a Cristo
Date: Sat, 24 Dec 2005 19:09:48 -0800

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La lanza que mato a Cristo

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Responder al emisor Recomendar Mensaje 7 en discusión

De: Ladino7941

La lanza sagrada que atravesó el costado de Cristo en su crucifixión
llegó a las manos de los guerreros teutónicos, quienes la convirtieron
en su talismán. En el siglo XX, Hitler, que conocía su significado
místico, se apoderó de ella.

Un soldado romano se asegura de que Cristo ha muerto clavándole una
lanza.
En 1913, por las calles de Viena, un miserable ex estudiante de arte
intentaba en vano ganarse la vida vendiendo pequeñas acuarelas.
Ocasionalmente, cuando el frío le impedía salir a la calle, vagaba por
los corredores del museo del palacio Hofburg. Se sentía especialmente
fascinado por un conjunto de piezas valiosas, conocidas como «las
insignias de los Habsburgo». Entre ellas el joven vagabundo Adolf
Hitler prestaba especial atención a la Santa Lanza, que la leyenda
identifica con la que atravesó el costado de Cristo después que éste
expirara en la Cruz.

La leyenda de la Santa Lanza se origina en el Evangelio según San
Juan, 19: 33-37:

... pero llegando a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le rompieron
las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó con su lanza el
costado y al instante salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio
y su testimonio es verdadero; él sabe que dice verdad para que
vosotros creáis; porque esto sucedió para que se cumpliese la
Escritura: «No romperéis ni uno de sus huesos». Y otra Escritura dice
también: «Mirarán al que traspasaron». El versículo siguiente cuenta
cómo José de Arimatea obtuvo permiso para llevarse el cuerpo de Jesús
y, ayudado por Nicodemo, lo colocó en una tumba en la noche de viernes
santo.

Otras tradiciones orales y escritas, que comenzaron con los primeros
cristianos y continuaron en la Edad Media, aseguran que el rico judío
José de Arimatea se preocupó de preservar la cruz, los clavos, la
corona de espinas y el sudario del que Cristo se levantó al tercer
día. Por medio de las claves que dejó José, Helena, la madre del
primer emperador cristiano, Constantino, pudo redescubrir estas
reliquias.

Pero, según las mismas tradiciones, José había empezado su colección
antes de la muerte de Cristo: después de la última cena, guardó la
copa en la que Jesús había consagrado el pan y el vino. Después de la
Resurrección, José conservó la copa junto con la lanza citada en el
Evangelio: fueron llamados, respectivamente, el Santo Grial y la Santa
Lanza.

Los viajes posteriores de José con el Grial y la Lanza fueron tema de
relatos folklóricos y leyendas en casi todos los países de Europa. En
España, en la catedral de Valencia se conserva uno de los «Santos
Griales» mejor documentados: se dice que los primeros papas lo habían
utilizado en Roma (adonde lo habría llevado San Pedro) hasta el año
258, en que fue enviado por San Lorenzo a Huesca, para rescatarlo de
la persecución imperial. Posteriormente estuvo en San Juan de la Peña
y en Zaragoza. Pero ésta es sólo una de las muchas historias en torno
al Grial.

Los escritores medievales, comenzando por el poeta francés Chrétien de
Troyes alrededor de 1180, vincularon el destino del Santo Grial y de
la Santa Lanza con la aventura del Rey Arturo y los Caballeros de la
Tabla Redonda, sobre todo con Lanzarote, Gawain y Perceval.

Paralelamente a estas historias -basadas en tradiciones celtas y en
fragmentos de hechos históricos- subsistía la historia de que la
Lanza, por lo menos, había sobrevivido a los siglos, pasando a veces a
buenas manos, a veces a otras menos dignas. Quien la poseía adquiría
un poder que podía ser usado para el bien o para el mal.

A principios de este siglo existían por lo menos cuatro «Santas
Lanzas» en Europa. Quizá la más conocida fuera la que se conservaba en
el Vaticano, aunque la Iglesia Católica parecía considerarla sólo una
curiosidad. Ciertamente, las autoridades papales nunca le atribuyeron
poderes sobrenaturales.

Una segunda lanza estaba en París, adonde había sido llevada por San
Luis en el siglo XIII, cuando volvió de la cruzada a Palestina.

Otra, conservada en Cracovia (Polonia), era sólo una copia de la lanza
de los Habsburgo. Ésta es, posiblemente, la que posee una genealogía
mejor. Fue descubierta en Antioquía, en 1098, durante la primera
cruzada, pero el misterio -y posiblemente la imaginación oscurecieron
las circunstancias del hallazgo. Los cruzados habían sitiado con éxito
la ciudad y la habían ocupado, cuando una banda de sarracenos
fuertemente armada llegó e invirtió la situación, encerrando a los
cruzados dentro de las murallas de la ciudad. Tres semanas después la
comida y el agua escaseaban, y la rendición parecía el único camino.
Entonces, un sacerdote dijo haber tenido una visión milagrosa de la
Santa Lanza, enterrada en la iglesia de San Pedro. Cuando las
excavaciones en ese sitio revelaron la presencia de una lanza de
hierro, los cruzados se sintieron llenos de un renovado ardor y
rompieron el cerco, derrotando a sus enemigos.

La hoja de la lanza de los Habsburgo, la que según parece atravesó el
costado de Cristo crucificado. Al tratarse de una reliquia sagrada, la
hoja de hierro fue reparada varias veces con plata y oro durante su
larga historia. Ahora la mantienen unida un alambre y una funda con
inscripciones.

Las tradiciones germánicas, que no coinciden demasiado con esas
fechas, afirman que la lanza de los Habsburgo fue llevada como
talismán por Carlomagno, en el siglo IX, durante 47 campañas
victoriosas. También le había conferido poderes de clarividencia.
Carlomagno murió cuando la dejó caer accidentalmente.

La lanza pasó a manos de Heinrich el Cazador, quien fundó la casa real
de Sajonia y empujó a los polacos hacia el este... una prefiguración
de su propio destino, pudo haber pensado luego Hitler. Después de
pasar por las manos de cinco monarcas sajones, llegó a manos de los
Hohenstauffen de Suabia, que les sucedieron. Un destacado miembro de
esta dinastía fue Federico Barbarroja, nacido en 1123. Antes de morir,
67 años más tarde, Barbarroja conquistó Italia y obligó al Papa a
exiliarse; de nuevo, Hitler bien pudo haber admirado la dureza brutal
de aquel personaje, combinada con una personalidad carismática que fue
la clave de su éxito. Pero, al igual que Carlomagno, Barbarroja
cometió el error de dejar caer la lanza mientras vadeaba un arroyo en
Sicilia. Murió pocos minutos después.

La Fascinación De La Lanza

La escena final de Parsifal, la última ópera de Wagner. A Hitler le
fascinaba la leyenda en que se basa la ópera.

Ésta era la leyenda del arma que tanto fascinaba al joven Hitler.
Durante su primera visita a la lanza la estudió con todo detalle.
Medía 30 cm de longitud, y terminaba en una punta delgada, en forma de
hoja; en algún momento, el filo había sido ahuecado para admitir un
clavo -al parecer, uno de los usados en la crucifixión-. El clavo
estaba sujeto con un hilo de oro. La lanza se había partido y las dos
partes estaban unidas por una vaina de plata; dos cruces de oro habían
sido incrustadas en la base, cerca del puño.

Estos detalles que describen la fascinación de Hitler ante la lanza de
los Habsburgo provienen del testimonio del doctor Walter Johannes
Stein, matemático, economista y ocultista que afirmaba haber conocido
al futuro Führer justo antes de la guerra del 14. Stein, que había
nacido en Viena en 1891, era hijo de un rico abogado. Sería un erudito
y un aventurero intelectual hasta su muerte, en 1957. Se licenció en
ciencias y se doctoró en investigaciones psicofísicas por la
Universidad de Viena. Luego se convirtió en experto en arqueología,
arte bizantino primitivo e historia medieval; durante la primera
guerra mundial, como oficial del ejército austríaco, fue condecorado
por su valor.

En 1928 publicó un excéntrico panfleto, Historia del mundo a la luz
del Santo Grial, que circuló por Alemania, Holanda y Gran Bretaña.
Cinco años después, el Reichsführer Heinrich Himmler ordenó que se
obligara a Stein a trabajar en el «Buró ocultista» de los nazis, pero
Stein huyó a Gran Bretaña. La segunda guerra mundial le sorprendió
trabajando como agente del espionaje británico. Después de colaborar
en la obtención de los planes de la «Operación Sealion» -la invasión
de Inglaterra que proyectaba Hitler- fue consejero de Churchill, como
asesor sobre las creencias ocultistas del líder alemán.

Stein nunca publicó sus memorias, pero antes de morir se hizo amigo de
un ex oficial de comandos de Sandhurst, ahora periodista, Trevor
Ravenscroft. Usando las notas y las conversaciones de Stein,
Ravenscroft publicó en 1972 el libro Spear of Destiny (La lanza del
destino) que por primera vez llamó la atención del público sobre la
fascinación que sentía Hitler por la lanza de los Habsburgo.

¿Qué atractivo podía ofrecer la Santa Lanza, un símbolo cristiano,
para el ex católico y violentamente anticristiano Adolf Hitler? Ya se
había entregado a violentos desvaríos antisemitas, era un devoto
discípulo del Anticristo de Nietzsche y sostenía su condena del
cristianismo como «la última consecuencia del judaísmo».

Parte de la respuesta se encuentra en una tradición ocultista medieval
vinculada con la historia de la Santa Lanza. Como cuenta el evangelio
de San Juan, el soldado romano que hirió el cuerpo de Cristo cumplió,
sin saberlo, las profecías del Antiguo Testamento (los huesos de
Cristo no serían rotos). Si no hubiese hecho lo que hizo, el destino
de la humanidad habría sido diferente. Según San Mateo y San Marcos,
la verdadera naturaleza de Cristo fue revelada en ese momento al
soldado, que se llamaba Cayo Casio Longinos: «Viendo el centurión que
estaba frente a Él de qué manera expiraba, dijo: Verdaderamente este
hombre era hijo de Dios». (San Marcos, 15:39)

Para la mentalidad ocultista, un instrumento usado para un propósito
tan importante se transforma en un foco de poder mágico. Y, como dice
suscintamente Richard Cavendish, hablando del Grial y la Lanza en su
libro El rey Arturo y el Grial:

Una cosa no es sagrada porque es buena. Es sagrada porque contiene un
poder misterioso y terrible. Es tan poderosa para el bien o el mal
como una fuerte descarga eléctrica. Si es mal usada, por importantes y
comprensibles que sean las razones, las consecuencias pueden ser
catastróficas para personas totalmente inocentes.

La entrada triunfal de Hitler en Viena, en marzo de 1938. El Führer
ordenó trasladar a Alemania el tesoro de los Habsburgo, incluida la
Santa Lanza.

Según Stein, Hitler tenía conciencia de este concepto ya en 1912; de
hecho, fue la obsesión de Hitler por la lanza y su poder de «varita
mágica» el motivo de que los dos hombres de conocieran. En el verano
de 1912, el doctor Stein compró una edición de Parsival, romance sobre
el Grial del poeta alemán del siglo XIII Wolfram von Eschenbach, a un
librero ocultista de Viena. Estaba llena de comentarios manuscritos en
los márgenes, que mostraban una combinación de sabiduría ocultista y
racismo patológico. En las guardas, su anterior propietario había
anotado su nombre: Adolf Hitler.

A través del librero, Stein encontró a Hitler y pasó muchas horas con
él, horrorizado pero fascinado. Aunque pasarían años antes de que el
mísero pintor de cromos diera los primeros pasos por el camino del
poder, poseía ya un carisma maligno. A través de su tortuoso discurso,
una obsesión destacaba claramente: tenía un destino místico que
cumplir y, según Stein, la lanza era la clave.

Hitler describió a Stein cómo había adquirido la lanza su especial
significado para él:

Lentamente me apercibí de una presencia poderosa que la rodeaba, la
misma impresionante presencia que había experimentado interiormente en
esas ocasiones únicas de mi vida en que había sentido que un gran
destino me aguardaba... una ventana en el futuro que se abría, a
través de la cual veía, en un relámpago de iluminación, un hecho
futuro, en función del cual sabía, más allá de toda contradicción, que
la sangre de mis venas se transformaría algún día en el vehículo del
espíritu de mi pueblo.

Hitler nunca reveló la naturaleza de su «visión», pero Stein creía que
se había visto a sí mismo un cuarto de siglo después en la
Heldenplatz, frente al palacio Hofburg, dirigiéndose a los nazis
austríacos y a los desconcertados ciudadanos vieneses. Allí, el 14 de
marzo de 1938, el Führer alemán anunciaría su anexión de Austria al
Reich alemán... y daría la orden de llevar los atributos de los
Habsburgo a Nüremberg, hogar espiritual del movimiento nazi.

Una Curiosa Primacía

La arena de Luitpold, en Nüremberg, escena de los más espectaculares
mítines nazis de la preguerra, presenció el desfile informal de los
soldados americanos victoriosos en abril de 1945.

La toma de posesión del tesoro constituyó un gesto de benevolencia
sorprendente, considerando que Hitler despreciaba a la casa de
Habsburgo, a la que consideraba traidora a la raza germánica. Sin
embargo, el 13 de octubre, la lanza y otros objetos fueron cargados en
un tren blindado provisto de una guardia de SS, y cruzaron la frontera
alemana. Fueron instalados en el vestíbulo de la iglesia de Santa
Catalina, donde Hitler pensaba instalar un museo de guerra nazi. Stein
creía que, cuando Hitler tuviera la lanza en su poder, sus ambiciones
latentes de conquista empezarían a crecer y florecer.

Si los conocimientos de Hitler sobre la historia de la lanza eran tan
amplios como decía Stein, tiene que haber estado al tanto de las
leyendas sobre el destino de Carlomagno, Barbarroja y todos cuantos la
habían blandido como un arma y habían perecido cuando escapó a su
control. La leyenda parece haber sido confirmada por una inquietante
coincidencia que marcó el final de su conexión con la Lanza.

Después de los intensos bombardeos aliados de octubre de 1944, durante
los cuales Nüremberg sufrió enormes daños, Hitler ordenó que la lanza,
junto con el resto del tesoro de los Habsburgo, fuera enterrada en una
bóveda construida especialmente. Seis meses después, el Séptimo
Ejército norteamericano había rodeado la antigua ciudad, defendida por
22.000 SS, 100 panzers y 22 regimientos de artillería. Durante cuatro
días, la veterana división Thunderbird martilleó a estas formidables
defensas hasta que el 20 de abril de 1945 -el día en que Hitler
cumplía 56 años- la bandera americana victoriosa fue izada sobre las
ruinas.

Durante los días siguientes, mientras las tropas norteamericanas
localizaban a los supervivientes nazis y comenzaba el largo proceso de
los interrogatorios, la Compañía C del Tercer regimiento del Gobierno
Militar, al mando del teniente William Horn, era enviada en busca del
tesoro de los Habsburgo. Por casualidad, un proyectil había facilitado
su tarea, volando una pared de ladrillo y dejando a la vista la
entrada de la bóveda. Después de algunas dificultades con las puertas
de acero de la misma, el teniente Horn entró en la cámara subterránea
y echó una ojeada a la polvorienta oscuridad. Allí, sobre un lecho de
descolorido terciopelo rojo, estaba la fabulosa lanza de Longinos. El
teniente Horn extendió la mano y tomó posesión de la lanza en nombre
del gobierno de los Estados Unidos. La fecha, 30 de abril de 1945,
está registrada en los textos de historia.

Y, por escépticos que sean los críticos -acerca de Walter Stein, el
ocultismo en general y las leyendas de la Santa Lanza en particular-
también es un hecho histórico que a unos cientos de kilómetros de
distancia, en un bunker de Berlín, Adolf Hitler eligió esa tarde para
coger una pistola y quitarse la vida.

Tomada de: http://mundoparanormal.iespana.es/m..._ocultismo.html



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Respuesta
Recomendar Mensaje 12 de 12 en la discusión

De: ♣♥SEÑOR♥♣ Enviado: 27/12/2005 07:51 p.m.
Es un hecho que nadie comprende totalmente de lo que Cristo pasó en
sus últimos días. No hay una explicación que nos dé referencia clara;
primero porque los mismos evangelios han pasado por muchas malas
interpretaciones por los religiosos y los teólogos eruditos; luego
porque habían sido escritos para personas con un nivel de comprensión
superior al nuestro “para los que saben”. Para los que no saben, los
evangelios no pueden expresar absolutamente nada. Mientras más se
esfuerzan por entender lo que sucedió realmente con Cristo en esos
eventos tanto mas se confunden, para comprender que los evangelios
provienen de una enseñanza superior, y de hombres con un nivel de
conciencia superior a la nuestra, para ello tendríamos nosotros
primeramente elevarnos a esos sublimes estados. Bien podemos reconocer
rastros de ese conocimiento en muchas tradiciones iniciáticas, por
ejemplo los ritos donde la sangre juega un papel importante, la
Masonería ha abolido esta practica y la Iglesia Cristiana lo ha
sustituido por vino, pero la sangre juega un papel importante dentro
de la iniciación. Esta tradición es en sí misma una ceremonia mágica
para establecer un vinculo entre cuerpos sutiles, la sangre tiene
cualidades especiales; hay quienes aseguran que en ella reside el
mismo espíritu. Según creencias muy arraigadas, si se establece un
lazo de sangre ni la muerte puede quebrantarlo. Muchos sostienen que
el Centurión Longinos era amigo de Cristo, y que su acto fue más de
piedad que de maldad, para que el cuerpo de Cristo no permaneciera más
tiempo en la Cruz.
Vicente Alcoseri



Alcoseri

unread,
Apr 22, 2017, 9:31:49 PM4/22/17
to SECRETO MASONICO
Expediente Hitler/6foie

Kadyr

unread,
Mar 30, 2018, 8:39:34 PM3/30/18
to SECRETO MASONICO

La lanza que mato a Cristo►Hiltler en cierta ocasión visito el museo de Hofburg , se dirigió a la sala del tesoro y pudo contemplar la Heilige Lance, la punta de la lanza que, había atravesado el costado de Jesucristo dándole muerte en la cruz. Walter Stein amigo de Hitler pudo advertir en él un impacto emocional ante ese objeto fabuloso. Hitler decía Stein estaba completamente en trance, con la cara desfigurada, sus ojos poseían un brillo demoníaco que resplandecía con un ex...

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Orlando Galindo
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Después de los intensos bombardeos aliados de octu...

Kadyr

unread,
Mar 30, 2018, 11:20:38 PM3/30/18
to SECRETO MASONICO
CRISTO


El miércoles, 26 de noviembre de 2008, 19:32:01 (UTC-6), ♣♥SEÑOR♥♣ escribió:
Después de los intensos bombardeos aliados de octu...
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