Su devoción por Dios ha de ser contínua, ininterrumpida, como el fluir de aceite de uno a otro recipiente. Pueden haber observado que el pequeño monito confía en su propia fuerza para protegerse. Cada vez que su madre deba saltar, él tendrá que aferrarse firmemente a su vientre y no aflojar su asidero, aunque se lo trate de separar. Así también, como devotos deberán soportar las pruebas a manos del Señor y aferrarse al Nombre del Señor en todo momento y bajo cualquier condición, incansablemente, sin la más leve traza de desagrado o disgusto, soportando el ridículo, la crítica del mundo y superando los sentimientos de vergüenza y de derrota. La práctica de un tipo así de devoción se llama Markatakishora Marga. Prahlada, el gran devoto niño del Señor, practicaba esta clase de devoción.
Sathya Sai Baba
Traducido de la pizarra de Prasanthi Nilayam.
(Herta Pfeifer)
--