Colombia ante el Milenio Editorial www.eltiempo.com
Conferencia Afrocolombiana
Septiembre 18 de 2010
Colombia ante el Milenio
Mañana comienza en Nueva York una cumbre mundial para evaluar el avance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que se celebrará en el marco de la sexagésima quinta asamblea general de las Naciones Unidas. En su segundo viaje internacional después del realizado a Brasil, el presidente Juan Manuel Santos presentará este miércoles el estado de Colombia en las ocho metas de desarrollo que nuestro país, junto con otros 188 firmantes, se comprometió a alcanzar en el 2015.
Desde la reducción de la indigencia hasta la sostenibilidad ambiental, las Naciones Unidas empaquetaron en el año 2000 un conjunto de acciones para que, en el curso de tres lustros, la gran mayoría de los países pobres transitaran una ruta de escape de la pobreza y el subdesarrollo. La Declaración del Milenio incluye el acceso a las más básicas necesidades y los mínimos derechos: no pasar hambre ni extremas carencias; tener empleo digno y educación; gozar de buena salud y un techo decente; que las madres no fallezcan al dar a luz; que hombres y mujeres cuenten con iguales oportunidades y que todos disfrutemos de un medio ambiente sostenible.
Desafortunadamente, a solo cinco años de la fecha límite y tras dos años de crisis económica global, la esperanza para cientos de millones de pobres del mundo de alcanzar este primer peldaño se aleja. Si bien la ONU reporta avances en la lucha contra el sida, la reducción de la mortalidad infantil y la escolarización, en otras áreas, como equidad de la mujer, recursos de cooperación de los países ricos y la brecha entre el campo y la ciudad, incluso se han presentado retrocesos regionales.
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El balance de Colombia, resultado de dos informes de seguimiento coordinados por Planeación Nacional y la Cepal, refleja los avances y los estancamientos de la política social de las últimas dos décadas. En materia educativa -el segundo de los ODM-, las metas en coberturas brutas en básica y media a nivel nacional ya se lograron. La reducción de la mortalidad infantil entre menores de 5 años y de 1 año también se ha cumplido, así como los indicadores sobre las muertes de mujeres por cáncer de cuello uterino y los niveles de prevalencia del VIH-sida. Con luz verde están, asimismo, los casos de malaria y dengue y los retos asociados al empoderamiento de la mujer y la equidad de género (proporción de mujeres elegidas a cuerpos colegiados de representación).
Otros avances tangibles para destacar se relacionan con las infraestructuras de algunos servicios públicos básicos. Las coberturas nacionales en acueductos rural y urbano, alcantarrillado y saneamiento básico estaban, según datos del 2008, a poco más de un punto porcentual de alcanzarse, lo mismo que las áreas protegidas por el sistema de parques naturales.
Las metas en pobreza e indigencia requieren un párrafo aparte. La recesión global dejó en América Latina, de acuerdo con cálculos de la Cepal, unos 9 millones de pobres adicionales y amenaza con echar por la borda lo conseguido en los años de la bonanza. En Colombia, en el 2009, la tasa de 45,5 por ciento de desfavorecidos supera en diez puntos porcentuales la meta programada para este año. En cuanto a indigentes, la distancia del objetivo propuesto es de ocho puntos. Esta abrupta reducción del ritmo de los avances socioeconómicos está afectando, en mayor o menor medida, al subcontinente latinoamericano. Áreas como la de la mortalidad materna, la nutrición de los niños y el embarazo de adolescentes muestran resultados preocupantes, que ponen en duda el cumplimiento de los compromisos en el 2015.
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Este positivo balance, con realizaciones indiscutibles y alertas rojas, se desdibuja cuando se analizan los datos subnacionales. Queda confirmada la impresión de que Colombia es un país azotado por severas brechas sociales y económicas entre las distintas regiones. Mientras los Objetivos del Milenio han sido superados en áreas como Bogotá, en los departamentos del Chocó, La Guajira y Cauca se reportan incluso retrocesos en materia de pobreza. San Andrés y el bloque de la Amazonia cuentan con deficiencias en coberturas educativas, y en Vichada y Vaupés los indicadores de mortalidad infantil preocupan. A las diferencias regionales se suman otras entre las áreas rurales y urbanas, entre mujeres y hombres, entre niños y adultos y las que afectan a las minorías. En resumen, una nación inequitativa, en la cual, en el mismo territorio, conviven altos niveles de desarrollo humano en la capital del país con los propios del África subsahariana en las regiones de la periferia.
A pesar de estas dificultades, el Gobierno central y muchos gobiernos locales han diseñado sistemáticamente políticas públicas para avanzar en el camino de los Objetivos del Milenio. Por ese motivo, Colombia puede llegar a las Naciones Unidas esta semana con logros específicos y algunas de las tareas cumplidas. El desafío para la administración Santos es la continuación de los programas exitosos y el diseño de estrategias que apunten a cerrar las inequidades regionales. Con una agenda que incluye actualmente reformas de las regalías y un mejor ordenamiento territorial, se abre un compás de espera para la nueva administración y sus acciones en las regiones.
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