“Tenemos a la vista dos caminos: o curvarse ante las circunstancias y asistir cobarde y pasivamente a los acontecimientos, creyendo que esperando mejor, todo es aceptable en nuestra sociedad, o bien, sin optimismo exagerado, desviarse un poco de la corriente para sondear y preguntarse la verdadera causa del propio malestar” (Émile Armand)