Incontables elevadas yoguinis y elevados yoguis del Oriente
descidieron re-encarnarse en el continente americano
sabedores de que su luz sería necesaria para ayudar
al despertar planetario de esta Nueva Era.
Sin embargo, muy en particular en Chile, la crueldad
de la batalla que allí se libraría requeriría seres de muy muy elevada
condición,
capaces de soportar los horrores de una criminal y bestial dictadura.
Así, con su ejemplo y valentía ellos serían los faros de esperanza
para el resto
de sus hermanos de América.
Tanto en el nuevo canto, como en el despertar espiritual.
¡Gracias Chile!
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