Es muy probable que el diagnóstico de "depresión" esté sometido a
presiones "inflacionistas", respondiendo, por una parte, a los
intereses comerciales de quienes fabrican fármacos para tratarla y,
por otra, de la pereza mental de muchos médicos que prefieren "sacarse
el problema" de encima sin comprometerse demasiado, y salgan del paso
de los conflictos de sus pacientes con un puñado de recetas y con el
diagnóstico de "depresión2
El diagnóstico de "depresión" no se sabe muy bien qué realidad clínica
representa. ¿Un problema con la dopamina o con la serotonina? ¿Un
trastorno psíquico pasajero? ¿Es la expresión de un conflicto en el
sujeto? Y, en consecuencia ¿qué es lo que se intenta "remediar" con
antidepresivos?
En abril de este año 2010, falleció Alice Miller, psicóloga
especialista en maltrato infantil. En abril de 2005 publicó un
artículo en su página web, del que se hizo eco la revista belga Le
Regard Conscient. Esta es la dirección del artículo original de la
autora
http://alice-miller.com/articles_fr.php?lang=fr&nid=12&grp=11#top
y ésta es la dirección del artículo traducido
https://docs.google.com/document/edit?id=1Zdu9HhlsqbnF97R_NdBJPfLzy0z3zBo31qo77y-iOwU&hl=en#
Espero que se puedan abrir ambos.
Pero en aquél momento, abrí un hilo de discusión (casi monólogo) en un
foro, en el que aporté algunas ideas. La discusión se puede leer en
https://docs.google.com/document/edit?id=1-Y2yaj6wmhyk6PM8yuRL4Ow5SD-YSF5UyLgQc9I5DdY&hl=en#
(también espero que se pueda abrir sin reparos)
La cuestión que me interesa aquí es llamar la atención sobre la
posibilidad de que los trastornos humanos, en especial los llamados
"mentales", sean otra cosa distinta que lo que el modelo biomédico
promueve como un producto de consumo más, y única posibilidad de
abordaje.