El Orden médico 2-5
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"La posición de Canguilhem [sigue Clavreul en este capítulo que
comento] es coherente con lo que él mismo anuncia: «No tenemos la
petulancia de pretender renovar la medicina incorporándole una
metafísica [nosotros, por nuestra parte, tampoco queremos hacerlo
mediante un discurso humanista, moralista o conmiserable] Si la
medicina ha de renovarse, es asunto de los médicos; de su cuenta
corren los riesgos y los honores» Pero no podemos seguirlo en esta
afirmación [añade Clavreul refiriéndose a ese párrafo de Canguilhem].
Constituir como «metafísica» lo que está fuera del saber médico es
desacreditarlo por anticipado en relación a una medicina identificada
a una «física». Es dar por anticipado toda la autoridad al Orden
médico y a los médicos que lo representan. La reverencia hecha a la
«conciencia mórbida» de los lejanos precursores en los caminos de la
enfermedad, no cambia nada. La medicina ha probado ampliamente que
podía prescindir de toda conciencia personal de un estado mórbido, e
incluso de cualquier demanda. Cuando ésta exista, de todos modos no
tiene lugar en el discurso médico, para el cual el enfermo es sólo su
indicador de signos y no alguien que demanda. Es el conocimiento
sistemático y no fortuito del Orden médico. En la medida en que
Canguilhem logra participar del saber médico, participa también de sus
desconocimientos sobre este punto".
En consonancia con esto, nos preguntamos si por el hecho de haber
leído a Canguilhem y después a Clavreul, desconocemos o ignoramos la
demanda del paciente, al que, en consecuencia, tomaremos por alguien
que no es más que un mero dispensador de signos, pues según nuestro
autor, a Canguilhem le ocurriría que por el hecho de participar, como
nosotros, del saber médico, participaría en el desconocimiento del
orden que impone el Orden médico a quienes están sometidos a él, bajo
la forma que sea (este comentario lo he anticipado en el mensaje 2-2
al plantearme si al hacer la lectura de este texto de Clavreul y la
crítica del Orden médico, nos era posible estar en una posición a la
vez interior y exterior al Orden médico que criticamos) Porque incluso
los gestores, administradores y políticos se someten a ese orden sin
apenas cuestionarlo en sus lineamientos mayores. Sólo coinciden en que
hay que moderar el gasto, pero sin cuestionar el orden mismo, al que
alimentan desde sus respectivas posiciones de poder.
He trabajado sobre este punto durante bastantes años, para ver cómo se
podría reintegrar lo que quedó fuera de la medicina por efecto del
discurso médico, y qué resulta de eso. Evidentemente, por el hecho de
no ignorar esa demanda fue que abrí la dimensión clínica del síntoma
por medio de un recurso didáctico, al que llamé "la puerta del
consultorio médico", y la posibilidad de abordar el síntoma como el
lugar por el que el ser humano se restituye en tanto sujeto frente al
discurso médico. Creo que en este punto superé a Clavreul donde él
veía una imposibilidad, o a Canguilhem, que es donde él renunciaba a
renovar petulantemente la medicina con una metafísica.
JM Gasulla