La decisión de matar XXIII.
gsmiga
El 23 de julio inicia sus funciones el Comité Central de Miicias Antifascis
tas, creado por la Generalidad de Cataluña, para tratar de encauzar las sa
rracinas de asesinatos cometidos durante los cinco primeros días de conflic
to civil, en el mismo mes de julio de 1936.
El Decreto, de fecha 23 de julio de 1936, en su disposición segunda, nombra
al comandante Enrique Pérez Farrás "jefe militar de las milicias armadas de
Cataluña".
En su disposición tercera nombra a Luis Prunés, "comisario de defensa de la
Generalidad, con las atribuciones necesarias para la organización de la men
cionada Milicia Popular".
Y en su disposición quinta y última establece..."En toda Cataluña se consti
tuirán los comités locales de Defensa, que deberán obrar de acuerdo con el
Comité Central".
Una vez organizada "oficialmente" la represión, el comité se instaló en la
sede de la Escuela Náutica, sita en la Plaza del Palacio. Y hay que señalar
que los anarquistas no estuvieron de acuerdo con el nombramiento de Pérez
Farrás, ya que pensaban que las milicias no debían tener jefe. Pura anarquía.
El Comité creó equipos especiales para mentener el "orden revolucionario",
así como grupos de investigación y Patrullas de Control dirigidas por anar
quistas veteranos.
Durante todo el verano de 1936, comités, milicianos, grupos y patrullas, se
dedicaron a dar caza a los dirigentes de los llamados Sindicatos Líbres-una
de sus primeras víctimas fué Ramón Sales Amenós-; atacaron cuarteles de la
Guardia Civil, policía y somatén, dedicándose a "pasear" fascistas sin for
mación de causa. Elevaron la represión en Cataluña hasta unos índices de tal
intensidad, como jamás se habían conocido. Hasta el 30 de diciembre cometie
ron más de 6000 asesinatos. En "Solidaridad Obrera", el 1 de agosto de 1936,
se pudo leer..."a los fascistas probados se los ha de matar". Y en "La Van
guardia" también del 1 de agosto, se podía leer la protesta ante tales bes
tialidades: "Cataluña no puede convertirse en un charco de sangre. Cataluña
no quiere llevar encima la mancha de canibalismo de los pueblos primitivos y
salvajes".
Las Patrullas de Control de Barcelona se componían de 700 hombres afiliados
a CNT, UGT, POUM y ERC. Josep Aséns era el "responsable" de ellas, y Miguel
González Batlle, era secretario general del departamento. La distribución
era la siguiente en cuanto a sus miembros y demarcaciones territoriales:
CASCO ANTIGUO 30 CNT 15 ERC 10 UGT 3 POUM
ARAGON MUNTANER 20 CNT 15 ERC 10 UGT 3 POUM
ESTACION NORTE-BARCELONETA 30 CNT 15 ERC 10 UGT 3 POUM
PUEBLO SECO-CASA ANTUNEZ 25 CNT 10 ERC 10 UGT 3 POUM
SANS-HOSTAFRANCS 25 CNT 15 ERC 10 UGT 3 POUM
BONANOVA-PEDRALBES 25 CNT 15 ERC 15 UGT 3 POUM
GRACIA-SAN GERVASIO 30 CNT 15 ERC 15 UGT 4 POUM
CLOT-POBLET 30 CNT 15 ERC 15 UGT 3 POUM
HORTA-CARMELO-GUINARDO 25 CNT 15 ERC 15 UGT 5 POUM
SAN ANDRES 27 CNT 20 ERC 10 UGT 5 POUM
PUEBLO NUEVO 30 CNT 20 ERC 10 UGT 5 POUM
CENTRAL 25 CNT 15 ERC 15 UGT 5 POUM
La Vanguardia, de 5 de agosto de 1936, publicó la nota que da fe de la terrí
ble represión practicada por el Comité, en tan pocos días. Dice así:
"Según nota facilitada por el Negociado de Cementerios, hasta el día 2 del
actual fueron inhumados en las diversas necrópolis de Barcelona 511 cadá
veres, todos ellos correspondientes a personas muertas a consecuencia de
los sucesos. De los 511, han sido identificados 318, quedando por tanto
sin identificar 193".
Muchas personas detenidas por las Patrullas de Control eran encerradas en che
cas, barcos-prisión, centros de aislamiento. Los asesinados eran, mayormente,
patronos, militares retirados, profesionales, artesanos con tienda propia, y
sacerdotes. Los organismos de orden público estaban dirigidos por indivíduos
que actuaban al margen de la legalidad a que les obligaba su responsabilidad
de gobierno.
A partir de septiembre, muchos de los detenidos en checas y otros lugares de
confinamiento, fueron ejecutados sin juicio, y llevados a los cementerios de
Montcada y Reixach, de Cerdanyola, y Les Corts. Entre septiembre del 36 y
abril del 37, fueron ejecutadas 1500 personas, sin pasar por ningún Tribunal
Popular, y la responsabilidad de tales asesinatos masivos no fué sólo de "in
controlados", sino de indivíduos con mando en las organizaciones represivas.
El 31 de julio de 1936, el Comité de Milicias Antifascistas había publicado
la siguiente nota:
"Ante los últimos asesinatos cometidos, entre ellos el de Desiderio Tri
lles, destacado militante de UGT, el Comité de Milicias Antifascistas
protesta enérgicamente, y con dolor anuncia que tratará como enemigos de
guerra a todos aquellos que, arrastrados por partidismos exacerbados y
pasionales, continúen la táctica criminal y contrarrevolucionaria de en
frentar unas organizaciones con otras o de ir eliminando de una manera
progresiva a los jefes más despiertos de la revolución.
Que nadie crea que se trata de una simple declaración. Cinco mil milicia
nos armados tienen ya desde ahora bajo su control el orden de la ciudad.
Todos aquellos que cometan actos de saqueo y actos vandálicos serán fu
silados al pie de su obra. Todos aquellos que penetren en los domicilios
particulares o colectivos sin autorización del Comité de Milicias Antifas
cistas serán pasados por las armas sin formación de causa. Las Patrullas
de Control tienen órdenes severísimas que cumplirán inexorablemente. Ca
taluña no puede convertirse en un charco de sangre. Exigimos orden y dis
ciplina. Hermanos de trabajo, hermanos de lucha, ¡ayudadnos en estas ho
ras de peligro!".
Esta nota sólo sirvió para limpiar, en apariencia, toda una serie de abusos.
Las Patrullas de Control en vez de apaciguar los saqueos y actos vandálicos,
los aumentaron, convirtiéndose en una bestial tropa arbitraria que, tal y co
mo escribe Francisco Lacruz..."Actuaban sin ley ni cortapisa, practicaban sa
queos y asesinatos por su cuenta, con los pretextos más baladíes, y ante la
cual no había en Barcelona nada seguro ni sagrado. Reclutadas las Patrullas
de Control entre los elementos revolucionarios más audaces y de más negra his
toria, tenían que convertirse en lo que fueron, en una legión salvaje dedica
da a hacer más terrible el martirio de la ciudad. Si se une a esto que una par
te de esas Patrullas, que al principio estuvieron formadas por unos cinco mil
hombres,pero que pronto pasaron a ser más de diez mil, dependían directamente
de la Comisión de Investigación Antifascista creada por el Comité de Milicias,
en el que mandaba omnímodamente AURELIO FERNANDEZ, personaje de máxima jerar
quia en la FAI, se comprenderá cómo Barcelona pasó a estar sometida al terror
anarquista en todos sus aspectos y actividades."
Tal fué el pánico que sembraron, que el 4 de marzo de 1937, el Gobierno de la
Generalidad publicó el Decreto de disolución de las Patrullas de Control. A
pesar de tal decreto, no entregaron las armas y finalmente fueron desarticula
das a consecuencia de los "fets de maig". Fueron sustituidas por el siniestro
SIM de Prieto, que aún incrementó más la persecución.
Un buen ejemplo de lo expuesto lo constituye el relato del padre Miguel Batllo
rí en su obra "Los jesuítas en el Levante rojo".
"En Barcelona el padre José Romá y el hermano coadjutor Felipe Iriondo fue
ron de los pocos sorprendidos en su domicilio: la Casa de Ejercicios de
San José, situada en la pacífica barriada de la Bonanova.
Con ellos se encontraba, incidentalmente, el padre José María Murall, quien
al cesar en su cargo de Provincial el día 15 de aquel mismo mes de julio,
se había retirado por unos días a aquella tranquila casa. Y en la mañanita
del 21 se les juntó el padre Félix Cots, que había ido a visitarles.
Hacia las nueve se presentaron una veintena de hombres armados preguntando
si tenían armas escondidas. A la negativa, quisieron hacer un registro, y
en él dieron con los padres Cots y Romá y con Iriondo.
Satisfechos con su presa, obligan a montar a los cuatro en un coche y se
dirigieron a un sindicato de la calle Salmerón, junto a la plaza de --
Lesseps.
Allí ni siquiera les permitieron bajar. Cinco minutos de espera, entre de
nuestos e injurias de la chusma.
-Os mataremos por ser curas. No ha de quedar ni un cura con vida.
Baja un miliciano armado y ordena al chófer:
-A la Rabassada.
Al llegar los coches a la altura de San Genís dels Agudells se les obligó
a bajar. Viendo que iban a ser sacrificados, dijo el padre Murall, sere
namente, en nombre de todos:
-Muero por Jesucristo. No tengo remordimiento de haberos ofendido. No os
deseo mal alguno. Os perdono de todo corazón.
Suenan unos disparos secos, y los cuatro se desploman-inertes-sobre la
tierra. Los verdugos se acercan y los dan por muertos.
Pero las heridas del padre Murall sólo habían sido leves: una abertura en
la cabeza y fractura de radio.
Al volver en sí vi extendidos, a su lado, los cadáveres de los tres san
tos mártires.
Cerciorado de que está solo, deslízase hasta la casa más próxima. Rápida
mente-arrostrando pelígros gravísimos-le hacen la primera cura aquellas
caritativas personas. Pero allí sólo podía permanecer unos minutos. Al ins
tante vendrían las ambulancias a recoger cuatro cadáveres y, al encontrar
sólo tres, cualquier cosa se podía temer. Llaman pues al primer camión que
pasa.
-¡Por favor! Recoged a un herido. Siempre es un acto humanitario...
Dudó un momento el chófer. ¿Qué les parecía a sus compañeros? Pero, al fín
se animó. Lo sube al camión y lo lleva a la vecina clínica Solarium.
El 15 de septiembre, después de pasar un mes escondido en un chalet de San
Gervasio, podía el padre Murall embarcarse para Marsella."
En la Rabassada se cometieron múltiples asesinatos. Cada madrugada aparecían
en sus cunetas las siniestras y macabras siluetas de la cosecha de asesinados
por aquellos que estimaban un deber exterminar a quienes pensasen diferente.
Una noche eran diez, otra veinte o treinta, esparcidos en tramos que no rebasa
ban mucho el kilómetro de distancia, como si los verdugos no deseasen alejar
se mucho de la última sangrienta referencia vislumbrada. Allí mataron, entre
otros muchos, a un periodista que no era de los "de ellos", el fotógrafo del
Correo Catalán, Atilano Marín.
Lo habían advertido, y no hablaban por hablar. Y lo demostraron.
Felden
"gsmiga" <manu...@mixmail.com> escribió en el mensaje
news:jamvp5...@news.uned.es...