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Patricio Chacon

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Oct 29, 2008, 4:06:15 PM10/29/08
to Discussion Regarding the Chilean Social Sciences, chi...@googlegroups.com
..de mi amigo Barata, sobre la crisis actual del capitalismo.
Para que nadie se haga ilusiones de que el capitalismo podría
terminarse, como han anunciado algunos voluntaristas.

Tomado de http://www.argenpress.info/2008/10/el-secuestro-del-estado.html

Patricio

El secuestro del Estado

Jorge Gómez Barata (especial para ARGENPRESS.info)

Durante miles de años, separadas por océanos, desiertos o montañas,
sin apenas contacto unas con otras, cada civilización avanzó por sus
propios caminos, crearon sus sociedades, sus culturas y sus lenguas,
descubrieron sus dioses e inventaron su ciencia y su dinero. La
humanidad que es genéticamente homogénea se hizo culturalmente
diversa.

Desde los orígenes, para convivir e interactuar las personas y los
pueblos necesitaron regular sus relaciones. El crecimiento de las
comunidades, el surgimiento de la propiedad, los intercambios y las
desavenencias de todo tipo, incluidas las confrontaciones y las
guerras, hicieron cada vez más complejas y necesarias las
regulaciones. La humanidad aprendió que la anarquía o la ausencia de
autoridad dan origen a terribles calamidades.

Aunque en esos ámbitos China, Egipto, Mongolia, la India, Persia,
Asiría y Babilonia, así como los pueblos indoamericanos más avanzados
levantaron sus propios paradigmas y en todas partes, de uno u otro
modo se avanzó hacía la combinación de los liderazgos individuales con
opciones colegiadas de ejercicio del poder. Las primitivas ideas sobre
la democracia, se codificaron y se difundieron primero en Europa donde
se integraron a la conciencia social.

No obstante, las premisas que dieron lugar al pensamiento liberal
clásico, más que invenciones fueron reflejos de tendencias presentes
en la realidad de todas las sociedades. El hecho de que sus bases se
formularan en forma de doctrinas y escuelas de pensamiento, primero en
Europa, indica una precedencia, no una exclusividad. Como mismo
ocurrió con el dominio del fuego, la escritura y las técnicas de
fundición y todos los aspectos esenciales de la cultura, por sus
propios caminos, todos los pueblos hubieran llegado a formulas
democráticas de organización de la sociedad y del sistema político.

Como expresión de la complejidad de los procesos históricos, en franca
contradicción con las tendencias que naturalmente conducen a las ideas
de la democracia, como parte de los mismos procesos civilizatorios, se
estableció la propiedad privada y se legitimó la explotación del
trabajo ajeno, la esclavitud y la servidumbre. La historia de la
humanidad se convirtió en un escenario de lucha de clases.

Para lidiar con tales contradicciones, no desangrarse en luchas
constantes y sobrevivir a sus propias negaciones, de modo más o menos
espontáneo, como un resultado natural del desarrollo y no porque algún
pillo o genio se lo propusiera, todos los pueblos crearon un Estado.
Se trata de un ente que, aun cuando responde a los intereses de la
clase dominante, tiene la plasticidad suficiente para situarse más
allá de los intereses inmediatos de todos los grupos sociales y crear
regulaciones globales válidas para el conjunto de la sociedad. El
Estado es capaz de comprender a todos e imponer a todos su autoridad.

Los mismos tratadistas que defendieron la democracia, reivindicaron la
necesidad de la autoridad y junto a aquellos que mostraron las
bondades del mercado como demiurgo del progreso, estuvieron quienes
codificaron los preceptos para regular la vida social y facilitar sus
actividades, en primer lugar, las económicas y permitir el buen
gobierno de la sociedad.

Si bien en las etapas más tempranas del desarrollo social,
especialmente durante la esclavitud y el feudalismo y en los inicios
del capitalismo esas normas eran imposiciones brutales e inhumanas,
con la profundización de la democracia, la elevación de la cultura y
la participación política, el poder se hizo indirecto, fue más
institucional, su ejercicio fue cada vez menos violento y las
regulaciones estatales, aunque necesarias y eficaces, fueron menos
opresivas, acorde con los grados de civilización alcanzados.

Treinta años atrás, alcanzaron una enorme influencia las corrientes
neoliberales que proponen la desregulación de virtualmente todas las
actividades, principalmente de la economía y de las finanzas y el
comercio, la eliminación del sector público y la suspensión de las
obligaciones estatales, no para beneficio de la sociedad, sino para
favorecer a ciertas camarillas. Se trató de un Golpe de Estado Global
contra los pueblos y contra la democracia.

El neoliberalismo elevó a rango de doctrina, codificó y santificó las
ilegitimas aspiraciones de individuos y corrientes políticas de
controlar los resortes fundamentales del Estado, privarlo de su
esencia social y convertirlo en instrumento de determinados grupos.

Al apoderarse del poder por medios violentos o fraudulentos, las
dictaduras destituyen las autoridades legítimas, disuelven, declaran
en receso o condicionan la actividad de los parlamentos, controlan al
poder judicial, amordazan a la prensa, secuestrando la estructura
estatal. La novedad en la imposición neoliberal es que el asalto y el
secuestro de las instituciones de las naciones y de sus estados, tuvo
lugar sin alterar de modo visible los mecanismos de la democracia
formal. Así ocurrió en América Latina y así se repite en los Estados
Unidos.

A Bush y a la camarilla neoconservadora que lo acompañó en la aventura
de desregular la economía y las finanzas norteamericanas para
beneficiar a grupos y capillas neoconservadoras, debe reconocérseles
el talento para manipulando los hechos, especialmente la bonanza
económica norteamericana y los trágicos sucesos del 11/S, arrastrar a
prácticamente todas las estructuras del Estado norteamericano, entre
ellas el Congreso y la administración de justicia y la prensa.

Las intenciones de cambio de Obama representan el punto de vista de la
élite de poder y no tienen por objetivo debilitar al capitalismo sino
reforzarlo, devolviéndole al Estado el control de la situación para lo
cual no necesita nacionalizar la economía ni estatizar las finanzas.
El Estado es una criatura imprescindible y de excepcional plasticidad,
capaz de adaptarse a cualquier situación, excepto traicionarse a si
mismo.


Publicado por ARGENPRESS en 16:03:00


--
Patricio Chacon Moscatelli
www.geocities.com/etica_piagetiana
http://piagetianmoraldevelopment.blogspot.com/
http://pachamos.googlepages.com

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